Nos dirigíamos a la primera licorería que viésemos abierta, las drogas ilegales ya las teníamos, el coche en el que íbamos disponía de un reloj-termómetro en el salpicadero que podía levantarse ejerciendo una leve fuerza de tracción, al hacer esto se podía ver un hueco del tamaño de dos cajetillas de tabaco donde habíamos metido todo lo que
el sistema no nos dejaba consumir. Compramos un par de botellas del ron mas barato que había, y nos montamos en el coche directos al parking de aquella discoteca de Fuenlabrada,no teníamos pensado entrar en la discoteca, ni siquiera teníamos entradas y no sabíamos que estaban agotadas, nuestra idea era colocarnos y sabíamos que el lugar estaría lleno de zorras, universitarias burguesitas que exhibían sus modelitos tacaños de textil, junto con sus peinados y maquillajes cargados, que demostraban que deseaban nuestra polla mucho mas que cualquier música que pudiese sonar en aquel "campo de concentración del siglo XXI".
Llegamos a las cercanías del lugar y nos registraron en un control de la Guardia Civil, se trataba de un par de patanes que probablemente tuvieron problemas de aprendizaje en su infancia, si hubiesen mandado un pastor alemán que les ilustrase nuestra suerte habría cambiado, era grandioso contemplar como aquel agente de la autoridad registraba nuestro coche sembrado de tabaco, billetes enroscados y papel de liar...
Nos dejaron pasar sin encontrar nada ilegal.
Una vez dentro nos pusimos como motos, la mezcla de sustancias hacia su efecto y las chicas se mostraban mas y mas sugerentes, los colores comenzaron a diferenciarse por tonalidades de variaciones mínimas, y las vibraciones de las imágenes se incrementaban, pero todo aparecía dibujado con nitidez, hasta que oí una voz que me gusto, la mire y me miro, nos acercamos y sin mas nos comimos la boca, su estilo me gustaba y con sus formas me hacia comprender que era una chica caliente, apuntamos nuestros números y juramos llamarnos mas tarde. Pasaron las horas y cada vez estábamos mas colocados pero aun quedaba suficiente droga como para haber matado a un pony.
Salí de aquel lugar sin ni siquiera acordarme de llamar a mi amiga de la noche. Nos subimos al coche, Kastta conducía y todos íbamos con pupilas de búho, al acercarnos a una rotonda vimos un control de la Guardia Civil y uno de ellos nos hizo un gesto indicándonos que nos deteniésemos con lo que para mi era una espada láser. No se que pasaría por la cabeza de Kastta, pero Nebu, el Negro y yo nos sorprendimos al ver como giraba el volante y aceleraba para escapar por una carretera sin asfaltar que se dirigía hacia una extensión interminable de campos que desconocíamos... Les sacábamos bastante ventaja a aquellos perros del estado, parecía una película y la adrenalina aderezaba ahora nuestra pócima interior, cuando de repente dimos un golpe tremendo en un bache de la pista de tal magnitud que salto el airbag de una puerta, el motor se paro debido a un sistema electrónico que cortaba el paso de gasolina al motor cuando interpretaba que había habido un accidente. Salimos del coche y continuamos nuestra huida a pie. El cansancio no existía, la sed era terrible. Llegamos a un apeadero del tren y le rogamos a una dependienta que nos diese un vaso de agua con el que avituallarnos, como si de una carrera de fondo se tratase... Mi amigo Kastta tenia unos documentos que necesitaba para hacer una revisión en un cuartel militar al día siguiente, así que volvimos hasta donde estaba el coche y no nos encajaba, pero no parecía que la Guardia Civil hubiese estado allí. Montamos en el coche tras comprobar que los documentos estaban allí y probamos a arrancarlo y un rugido como el de una pantera negra se colo por mis oídos, comenzamos a reírnos y partimos rumbo a La Latina, un barrio de Madrid. Mientras ocurría todo esto la selección Española de fútbol se jugaba los cuartos de final de la Eurocopa con la temible selección Italiana, nos perdimos todo el partido huyendo por momentos de la policía y por momentos de unos guerreros interestelares, pero llegamos justo para ver a España ganar por penaltis así que el caos se desato y continuamos nuestra particular fiesta hasta que desperté en otro lugar siendo otra persona...
así fue!!!no nos paran la fiesta ni con armas
ResponderEliminarkastta loco!!
"...pero aun quedaba suficiente droga como para haber matado a un pony."
ResponderEliminarMe ha encantado.
Saludos =)
Ta muy chulo. Te quedó muy Bukowski, jeje. A ver si entre los dos echamos alguna chusta al cenicero y poco a poco invadimos esta mierda con palabras. ¡Salud!
ResponderEliminarke grande
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