Me gustan las palabras, me encanta jugar con ellas, me gustan los dobles sentidos, las parábolas y las metáforas que construyen, no me gustan los rodeos, pero si los adornos, amo el caos pacifista y detesto el orden bélico, tolero a los intolerantes hasta que van mas allá del pensamiento, no me gusta hacer planes porque temo que estos se vean truncados, mi búsqueda es la del placer inmediato porque me parece el mayor riesgo no arriesgar, no comprendo a aquellos que no tienen curiosidad, no entiendo como se puede perder la curiosidad sin perder la vida, no congenio bien con quien no se pregunta nada trascendente por el hecho de no ser práctico, me gusta la intriga, me gustan las causas perdidas, prefiero una verdad dolorosa que una mentira piadosa, no me gusta que me den consejos, trato de evitar problemas con el prójimo pero siempre digo lo que pienso, si me atacan me defiendo, y aun así, siempre y en todo lugar... la única guerra que libro es contra mi mismo.

13 de noviembre de 2014

El emprendedor asalariado

Los emprendedores no "generan" trabajo, sino que "necesitan" de trabajadores para enriquecerse gracias a comercializar algún producto u ofrecer algún servicio.

Los empresarios no "dan" trabajo sino que por contra, "alquilan" la mínima cantidad de fuerza de trabajo necesaria para maximizar su propio lucro. De hecho, la cantidad de contratos o despidos aumenta o disminuye en aras de maximizar el beneficio empresarial y no con la intención de brindar a los ciudadanos el mayor numero puestos de trabajo posible, si fuese así las empresas con beneficios no recortarían sus plantillas a excepción de casos aislados, la realidad es que muchas si lo hacen y de este hecho se deduce inequívocamente, que su intención no es generar trabajo sino obtener la mayor rentabilidad posible, y que si tienen empleados es porque se ven obligados a tenerlos contratados para poder desarrollar la actividad comercial que tanto dinero les reporta.
Así mismo, la mayoría de empresas que aun no han despedido a trabajadores teniendo beneficios es probable que no lo hayan hecho sencillamente porque no era rentable hacerlo y no porque vaya contra sus principios. 
Por lo tanto, si en ningún caso su intención es crear puestos de trabajo, no debemos valorarles por ello simplemente porque de rebote lo hagan.

También los trabajadores crean puestos de trabajo con su consumo, que es posible gracias al salario que mensualmente les reporta su empleo, pero a diferencia de los empresarios a ellos nadie les valora por crear puestos de trabajo, porque en el caso de los asalariados se ve claro que la intencionalidad de su esfuerzo diario al ir a trabajar no es crear empleo como consecuencia de su posterior consumo de bienes y servicios, sino lucrarse personalmente, y en el caso de los empresarios esta intencionalidad, aun siendo la misma no es tan evidente, y al ser engañosa es fácil equivocarse y creer que en realidad es distinta y convertirse tristemente y casi sin saberlo en un obrero liberal que proclama con alegría el mérito del empresario por verse obligado a contratarle como mano de obra.

Por otra parte seria mejor para todos que las personas a las que se les da tan bien emprender y montar negocios se dedicasen por ejemplo a montar empresas como asalariados del Estado, ya que si realmente tienen facultades para el emprendimiento parece poco eficiente que una vez que monten uno o dos negocios se conviertan consecuentemente en parásitos que viven de las rentas del capital, desaprovechando asi, a partir de ese momento, sus habilidades como emprendedor al servicio de la sociedad.

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