Nuestros enemigos no son ni Rajoy, ni Pedro Sanchez, ni Ana Patricia Botín, ni Angela Merkel, ni Felipe de Borbón, nuestros verdaderos enemigos son los obreros liberales que les votan y les apoyan, y que en ultima instancia sufren de un síndrome parecido al de Estocolmo mediante el cual defienden a sus propios opresores, y actúan como el novato que estoicamente soporta todo tipo de novatadas.
No luchéis contra quien representa al enemigo, luchad contra el enemigo en si mismo, y una vez vencido, sus representantes se desvanecerán por si solos.
La principal batalla en esta guerra es la batalla por la conquista del sentido común.
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