Me gustan las palabras, me encanta jugar con ellas, me gustan los dobles sentidos, las parábolas y las metáforas que construyen, no me gustan los rodeos, pero si los adornos, amo el caos pacifista y detesto el orden bélico, tolero a los intolerantes hasta que van mas allá del pensamiento, no me gusta hacer planes porque temo que estos se vean truncados, mi búsqueda es la del placer inmediato porque me parece el mayor riesgo no arriesgar, no comprendo a aquellos que no tienen curiosidad, no entiendo como se puede perder la curiosidad sin perder la vida, no congenio bien con quien no se pregunta nada trascendente por el hecho de no ser práctico, me gusta la intriga, me gustan las causas perdidas, prefiero una verdad dolorosa que una mentira piadosa, no me gusta que me den consejos, trato de evitar problemas con el prójimo pero siempre digo lo que pienso, si me atacan me defiendo, y aun así, siempre y en todo lugar... la única guerra que libro es contra mi mismo.

30 de septiembre de 2010

Amor egoísta

Safe Creative #1010147575698
Todo amor es egoísta, toda forma de querer es interesada, todo todo ápice de compasión por lo ajeno no es mas que una compasión empática que nos hace ponernos en el punto de vista del dolor...


Si queremos a algún familiar y un día se va, nuestra mayor parte de dolor, nuestra mayor parte de pena, no sera por él, no será porque ya no pueda hacer sus
cosas, no será por lo que haya sufrido para irse... nuestro sufrimiento sera tan egoísta como nosotros mismos y padeceremos por la ausencia de su compañía, que tanto nos aportaba anteriormente...


Si se nos escapa alguna chica, no desearemos que sea feliz con otro, eso seria un amor desinteresado del cual solo entes divinas pueden impregnarse, pero nosotros somos carne y pecado, y esas mismas practicas sexuales que un día nosotros llevamos a cabo con nuestra pareja, nos parecerán un atentado hacia ella si es otro quien las comete... en pocas palabras, que si de verdad quisiésemos a alguna mujer como mujer, aunque suene paradójico ni la tocaríamos, porque muy en el fondo nos parece algo malo para ella, por eso detestamos que otro tipo se lo haga, porque en nuestro subconsciente lo consideramos algo malo para ella, aunque realmente no lo sea. ¿Y porque nos encanta hacer dicho mal si somos nosotros los malhechores? Porque a quien de verdad queremos es a nosotros mismos, y nos excita la idea de recibir algo tan bueno a costa del falso pero supuesto sacrificio de alguien que queremos de la única manera que sabemos querer, interesadamente...


Si es otro el que la toca, a ella le gustará, pero para ti lo lógico es pensar: "Pobrecita mi niña como la esta poniendo ese cabrón...". Esa es la lógica falaz que habita en nuestra cabeza y que alimenta nuestro deseo pecaminoso...

2 comentarios: