Normalmente estaba tan seguro de mis capacidades que no conseguía la motivación para hacer nada. Tener que demostrarse algo a uno mismo seria el primer síntoma de inseguridad. Buscaba lo imposible. Lo común era un logro para los débiles, pero no encontraba satisfacción alguna al llevar a cabo algo que
de ante mano ya sabia que podía hacer. Me perdía. Me perdía en mil causas perdidas, porque el propio hecho de que fuesen inviables me hacia luchar contra su naturaleza. Quería cambiar la realidad.
de ante mano ya sabia que podía hacer. Me perdía. Me perdía en mil causas perdidas, porque el propio hecho de que fuesen inviables me hacia luchar contra su naturaleza. Quería cambiar la realidad.
Siempre buscaba nuevas metas, nunca conseguía centrarme durante el suficiente tiempo en ninguna cuestión, mis estados mentales respecto a todo pasaban por, curiosidad, admiración, análisis, comprensión, satisfacción, y finalmente, abandono y perdida de la ilusión. Así que poco a poco se reducía mi mundo estimulante, era como si lograse pudrir todo aquello por lo que me interesaba.
Solo persistía mi capricho por lo místico o lo desconocido.
Contemplar, analizar, entender y despreciar eran procesos que volvían a repetirse. Supongo que era un adicto a la falta de entendimiento y, solo si no lograba superar esa fase volvía embelesado a la fase de contemplación esperando observar algo que me hiciese replantearme mi análisis y posterior comprensión. Eran precisamente esos asuntos los que me hacían permanecer vivo y me fascinaban una y otra vez.
Por eso me atraían las mujeres. No daba crédito a lo que veía.
Era utópico llegar a entenderlas y por lo tanto elevaba su condición a la categoría de mágica. Precisamente de ese punto brotaba toda excitación sexual, del hecho de volver a presenciar algo que ya se había convertido en común, y que por mas que se repetía una y otra vez volvía a ser percibido como algo desconcertante y milagroso que no podía estar ocurriendo.
Por eso me atraían las mujeres. No daba crédito a lo que veía.
Era como si intentasen dejarme traumatizado.
Una autentica maravilla.
Y muchas lo intentan, seguro.
ResponderEliminarES verdad.
ResponderEliminarke grande eres balkin, ke pasada. brillante
ResponderEliminar